Hoy quiero contaros las seis cosas que me cuestan un poquito más de ser niñera. Por el lado positivo, es un trabajo superagradecido porque ves tu esfuerzo reflejado directamente en las caras de los niños, en sus sonrisas, en su bienestar… Pero, por otro lado, hay otras cosas que pueden hacer que si tú no fortaleces tu mente, si tú no tienes inteligencia emocional o no la trabajas, pueden hacer que este trabajo te cueste un poquito más.
1. Estar Lejos de tu Familia y Amigos
La primera cosa es que si trabajas como niñera, sobre todo si lo haces en el extranjero, vas a estar alejada de tu familia y tus amigos.
Aunque es cierto que vas a poder hacer amigos allá donde vayas, sí que vas a echar en falta, sobre todo al principio, a tu núcleo más cercano.
Yo, por ejemplo, que soy bastante introvertida, que puedo pasarme días y días semanas incluso sin necesitar estar con nadie, llega un momento que me noto como que me falta un punto de felicidad, y de repente me doy cuenta de que hace mucho tiempo que no veo a nadie. Obviamente estas con los niños de los que cuidas pero no te encuentras con nadie que realmente te entienda, que te conozca, con quien te puedas expresar de verdad.
También, si soy justa, es verdad que gracias a los trabajos que he hecho también me han acercado a amigos, es decir, ha habido veces que he tenido una gran suerte y el trabajo me ha llevado a una ciudad en la que tenía ya un amigo que hacía mucho tiempo que no veía, con el que sigues en contacto por mail, por WhatsApp, pero no le ves. Y, de repente, te encuentras con amigos que no esperabas para nada ir a verles y te compensa.
Otro punto a tener en cuenta es que, dependiendo de tus condiciones laborales vas a poder coger un vuelo e ir a ver a tu familia y amigos el fin de semana o los días que tengas libres, así que no es tanto problema este en realidad.
2. Puedes Sentirte Incomprendida por tu Entorno
Lo siguiente que al principio sobre todo me costaba una barbaridad, pero que he aprendido a darme cuenta de que en realidad es una tontería, es que puedes sentirte incomprendida o incomprendido porque al final este es un trabajo que la gente no conoce.
Lo normal es que en tu núcleo cercano no haya ninguna niñera de profesión y no te van a comprender. No van a entender tus horarios, a lo mejor no van a entender que no puedes llamarles a cualquier hora o que estás en este otro país con la diferencia horaria. Entonces tienes que comunicarte muchísimo para que tus amigos te entiendan.
Luego además tiene la parte de que, por lo menos en españa, es un trabajo que está muy estigmatizado y que no se asocia en absoluto con un símbolo de estatus.
Tampoco es una cosa que la gente te diga a las claras y que a lo mejor está en tu inseguridad personal y tus propias limitaciones, pero cuando tú dices que estás trabajando como niñera ves cierta reacción en la cara de la gente y te puedes sentir juzgada. Y es curioso porque igual tú estás ganando mucho más que ellos y tienes unas condiciones que superan las de una abogado o un médico, pero te falta este punto de estatus que se asocia a puestos como los suyos.
Si estás en esta situación, en cualquier trabajo, no solamente como niñera, mi consejo es que busques a gente que esté en tu misma situación para que te sirva de apoyo y con la que puedas hablar las cosas. Creo que va a marcar realmente una diferencia o por lo menos para mí la marcó.
3. Las Jornadas Sin Descanso
Esto es obviamente una situación que no es para todas las niñeras, esto es una cosa personal que tiene sentido para los trabajos que yo he hecho como niñera porque he trabajado casi siempre con jornadas de 12 horas, a veces hasta de 16 horas.
Las jornadas largas, en general, no son un problema para mí porque este trabajo me gusta mucho, siempre he disfrutado mucho estando con los niños y las horas se me pasan bastante rápido. De hecho, el reloj ni lo miro, prácticamente. Si empiezo a mirar el reloj un día sé que estoy cansada o que no he dormido bien y que va más por ahí los tiros porque el trabajo en sí lo disfruto.
Lo que más me cuesta en realidad es terminar mi jornada y ver que hasta que me tenga que ir a dormir quedan nada más dos horas y sentir que, además, no tengo energía para hacer nada más que quedarme tumbada mirando al techo. Y, en realidad, estoy pensando que quiero aprovechar para leer este libro, para estudiar esto, para salir a tomar el aire un rato, pero estás absolutamente derrotada.
En australia, por ejemplo, lo que hacía era despertarme bastante antes de mi hora de trabajar y me dedicaba por la mañana, cuando tenía las horas frescas, a escribir mi diario, a ponerme mis objetivos o a salir al jardín maravilloso que tenían en una zona subtropical preciosísima en Sydney. Y luego ya empezaba mi hora de trabajo y cuando terminaba por la tarde noche me iba directa a la cama.
4. La Constante Búsqueda de Actividades para el Niño
La cuarta cosa que personalmente más me pesa de este trabajo es que tienes que estar constantemente buscando actividades nuevas para los niños.
Por supuesto si fuese un trabajo en el que estoy siempre en la misma ciudad esto no sería así porque desde el principio tú ya buscas unas cosas y durante meses vas a tener la misma rutina. Pero si trabajas como niñera viajando por el mundo, en cada sitio nuevo al que llegas tienes que adaptarte.
No sé si sabes que todas las personas cuando pasamos por cambios importantes en la vida tenemos unas dos semanas de estrés hasta que tu cerebro ya se acostumbra, lo registra todo y ya nos relajamos.
Entonces, cuando estás viajando constantemente, tú como persona independiente a tu trabajo ya tienes que adaptarte, pero luego además tienes que ayudar a que los niños se adapten lo antes posible también a esa nueva rutina, a ese nuevo sitio: es responsabilidad tuya. Y si bien es cierto que a veces los padres, la madre normalmente, se va a encargar de buscar estas actividades, en otras ocasiones queda en ti como niñera.
A mí me ha llegado a pasar incluso el tener que buscar colegio para los niños de australia una temporada en que querían mudarse a Europa. Pues lo haces, pero al final es una tarea que te da pereza y te las tienes ingeniar para resolver su petición como sea.
5. La Alimentación y los Supermercados
La siguiente cosa que me cuesta un poquito es la alimentación.
De nuevo, como niñera que va viajando con una familia, cuando llegas a una nueva ciudad tú vas a un supermercado y vas pensando: «Vale, pues voy a necesitar avena, dátiles…». Pero, de repente, cuando llegas al supermercado a comprar los ingredientes básicos para la alimentación de los niños te encuentras todo en otro idioma totalmente distinto o no encuentras ciertos ingredientes y, una vez más, tienes que adaptarte a la comida que hay en ese nuevo país.
Es algo que además le afecta a tu propia energía personal porque tú también necesitas comer, tu cuerpo también necesita seguir una alimentación más o menos equilibrada. Y si estás acostumbrada a desayunar lo mismo todos los días por ejemplo y llegas a un país y no lo tienes, puede afectarte bastante al ánimo si no estás preparada.
También te puede pasar que llegues a un hotel y que al no tener cocina no puedas prepararte lo que sabes que tu cuerpo necesita y tengas que comer lo que haya, sea lo que sea.
6. Las Nanny Cams
La última cosa que más me cuesta de este trabajo son las nanny cams.
¿Qué es una nanny cam?
Es una cámara oculta para vigilar a la niñera.
A veces puede aparecer en el contrato de niñera como parte de la seguridad de la famlia y los niños, y otras muchas, que no te dicen nada y de repente un día te das cuenta de que hay una cámara que te vigila cada movimiento que haces o dejas de hacer.
Si bien entiendo el punto de vista de los padres, la verdad es que tener una cámara espía mientras trabajas como niñera no es algo que yo elegiría porque no me hace sentir cómoda.
Y si quieres saber más sobre lo que te he contado, no dudes en ver mi vídeo en YouTube al respecto.
¡Que tengas muy buen día!
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