Hoy os quiero contar lo que más me gusta de trabajar como niñera.
1. Estar en Contacto con Niños
Aunque suena como algo muy obvio habiendo sido niñera, he de decir que, para mí, pasar el día con niños es súper divertido. Disfruto muchísimo conociéndoles, descubriendo su personalidad, dejándoles desarrollarla, absorviendo la alegría de vivir que transmiten, y sus sonrisas e ilusión por cosas que yo he normalizado pero no soy consciente.
2. Redescubrir el Mundo a través de sus Ojos
Cuando cuidas de niños, sobretodo si lo haces de una forma presente, y más aún si son pequeños, te das cuenta enseguida de que todas las situaciones, que para ti como adulto son el día a día, para ellos son nuevas, nunca las han vivido, y por tanto, no las tienen clasificado en su cerebro.
Desde tirarse por el tobogán por primera vez, probar una comida nueva, ver un animal nuevo, o simplemente verles tocando la tela del sofá con curiosidad: esa tela del sofá que tú casi ni registras llega un día en que ves que el niño la toca sin querer, observas que se para como si su cerebro hubiese hecho ‘click’, e inmediatamente se pone a analizarla en detalle. Y no te dice nada pero, tú que le estás observando, te das cuenta de que se ha parado a analizar la tela del sofá.
En esos momentos a mí me encanta imaginarme lo que estará pasando por su cabeza e incluso me encuentro intentando desvincularme de la información que tengo registrada en mi cabeza sobre, por ejemplo, la textura que tiene e intento verlo desde su mirada inocente y sin prejuicios. No sé, me parece muy bonito verles descubrirlo todo.
3. Tener Flashbacks de mi Infancia
Una cosa que he hablado con otras nannies y que, aunque a ellas no les pasaba, sí recuerdo a mi madre hacer varios comentarios sobre el tema, es que cuando estás en contacto con niños revives tu infancia. Y es algo que a mí me ha pasado siempre que he cuidado de niños en diferentes ocasiones.
Pero tiene el punto extra de que son recuerdos nuevos para mí, es decir, antes de tener el flashback si a mí preguntan: «Oye, ¿te acuerdas de esto de cuando eras pequeña?».
Y yo perfectamente podría decir: «Pues no me suena, no sé qué decirte…».
Y sin embargo, cuando estoy interactuando con niños, hay momentos en que de repente veo una situación, sea jugar al escondite o quizá hacerle cosquillas y, de repente: ¡Pum! ¡Flashback! Mi padre haciendome cosquillas en el salón de avenida de burgos. ¡Pum! ¡Flashback! Jugando a ‘Tuli’ en el jardín de casa. ¡Pum! ¡Flashback! Ir a darle a mi madre un beso extra de buenas noches para ver un poco ‘Médico de Familia’.
En esos momentos de recuerdos regalados de momentos regalados ¡me siento feliz!
4. Prueba y Error para mis Futuros Hijos
Esta suena muy mal pero es que es verdad…
Desde la primera vez que cuidé de un niño he aprendido muchísimas cosas: me he reprogramado después de ver que repetía automáticamente conductas que no me gustaban; he ganado muchísimo en paciencia; he aprendido a disfrutar de mi tiempo con los niños gracias a ejercicios de vivir el presente…
Y gracias a todas esas vivencias y errores con los hijos de otras personas: sé que voy a ser una madre mucho más consciente y más feliz; sé que voy a saber contar hasta diez cuando sienta ganas de “tirar a mi hijo por la ventana” porque no he descansado bien o no está haciendo caso; voy a saber manejar mucho mejor los momentos de rabia cuando estoy cansada y mi hijo está probando mis límites; voy a saber comunicarme mucho mejor con ellos porque, al haber leído tanto libros de educación tanto a nivel personal como enfocados en niños, tengo recursos como los lenguajes del amor o los distintos tipos de comunicación…
En serio que estoy super agradecida por cada experiencia porque sé que voy a ser mejor madre por ello.
5. Darles Libertad para Explorar sus propios Límites sin Imponerles mis Miedos
Pues ya lo he dicho.
Me encanta cuidar de niños dándoles plena libertad para descubrir la vida. Por supuesto que siempre voy a procurar salvaguardar su integridad física, pero si un bebé de once meses por sí solo quiere tirarse por el tobogán cabeza abajo, que me ha pasado, no voy yo a ponerle límites a su valentía.O si el niño quiere descalzarse para jugar en los columpios, meter los pies en un estanque o jugar con agua, por supuesto que le voy a dejar. Luego yo me encargaré de cambiarle la ropa para que no vaya mojado o de limpiarle la arena de los pies para que no le pique, pero siempre intento utilizar los menos ‘noes’ posibles dentro de un orden.
Y esta filosofía quizá se acerca un poco a lo que es el método Montessori en el que el adulto simplemente es un observador que deja al niño descubrir la vida y hacer las cosas un poco a su manera sin imponerle las conductas aprendidas, sin ser del todo lo mismo porque no lo es. Dejarles saltar en los charcos o meterse a explorar fuentes y estanques: que puedes permitirte cosas que trabajando en una guardería con muchos peques no podrías hacer, como por ejemplo
6. Todos los Días son Distintos
Aunque es cierto que siempre tienes la rutina de comidas y sueño más marcada, con los niños pocas veces tienes días iguales al anterior. Más aún si cuidas de bebés o de niños pequeños como ha sido siempre mi caso porque están en una constante evolución y aprendizaje.
Si además añades el estar viajando a donde la familia quiera, tus días van a ser de todo menos monótonos. Y esto tiene relación directa con mi último punto que es…
7. Viajar Ganando Dinero mientras Hago Algo que Disfruto
La parte de trabajar como niñera como todos los gastos pagados ya es atractiva, pero si además añades en el pack viajar de forma gratuita gracias a los viajes que quiera hacer la familia, ¡ yo no puedo pedir mucho más!
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